Ulyanovsk, 24 de febrero de 2013. La noche me confunde...

24 de febrero de 2013

Pues, aunque no os lo creáis, también existe vida nocturna en Ulyanovsk. No es un mito, no es un bulo, no es una leyenda... en Ulyanovsk se sale por las noches de... ¡¡¡juerga!!! Después de dos meses aquí me veía preparado para enfrentarme a la noche ulyanovskita... y fue interesante, una experiencia religiosa que diría el otro.

La cosa es que una 'prepodabatel', o sea, una profesora celebraba su cumpleaños y para tan señalada ocasión, decidimos juntarnos a celebrarlo. Cena en un japonés... sushi, que los hay a patadas, como en toda Rusia, y luego unos 'dancings' como dirían mis queridos Aníbal y Raijan. Bueno, que me desvío del tema. Acabada la cena (esto ha quedado muy eucarístico) nos dirigimos a un Sports Bar que hay en el centro. De día es el típico bar de temática deportiva y con muchas teles. Por lo que me dijeron también hay bolera y billares. De noche es... es otra cosa. 

No os creáis que eran las dos de la mañana cuando entramos... eran cerca de las once y el garito estaba ya petado. Y al entrar te das cuenta de que hay cosas que son diferentes... o no... porque tampoco es que en Madrid fuera yo mucho de fiestuki que digamos. Yo os cuento lo que vi aquí. Lo primero es el reconocimiento facial. No te meten en ninguna maquina, no os asustéis. Simplemente te echan un ojo a la manera de vestir o si vas muy bolingas (aunque esto último les debe preocupar poco). La cosa es que te paran y te miran de arriba abajo, con detenimiento... y, si estás apto, te pasan con el de seguridad que te pasa un detector de metales por el cuerpo, como en los aeropuertos. 

Resulta que el tipo, antes de empezar a pasar el detector, empieza a hablarme. El típico discurso que tiene aprendido de memoria y lo suelta a todo el mundo, como las azafatas de los aviones y las medidas de seguridad. Claro, pero yo ni 'papa' de lo que decía. Y una profesora me explico que me estaba diciendo que no se podía entrar con armas y claro... yo ahí, quieto sin decir nada, no vaya a ser que se cabreara el tipo. Afortunadamente, las ametralladoras las había dejado en casa y me dejan pasar. 

La entrada eran 300 rublos, unos 7 euros. Y te ponen una tira naranja en la muñeca. Y yo pensando: "joder, 300 rublos y barra libre... ni tan mal". Pero no. Mi gozo en un pozo. La tira era para evitar que te sentaras en las mesas. Eramos de los de 'de pié'. El sitio no era muy grande. Había una minipista en el centro. Y nosotros para la zona de la barra. Importante. Para pedir una cerveza: "Ya budu piva". Y santaspascuas. Una cerveza, 5 euros. No es tan barato. Lo peor... que dejan fumar. No me acordaba yo de lo que era estar en un bar con humaco. Pero bueno... nada que no se pueda soportar.

Y al cabo de un rato, 'deja vue' de esos. ¿Os acordáis del día de la cena de empresa? Pues lo mismo. De repente, acaba una canción y sale un tipo vestido como de militar y empieza a animar el cotarro. Y venga que si jueguecitos y pruebecitas. En esta creo que queda claro de que iba a tenor de las fotos...

Ahí, los rusos dándolo todo... eso son cuerpos y no los de bomberos. Y bueno, cuando acaban, vuelta a la música y los 'dancings'. ¿Y qué música? Pues había internacional y también mucha música rusa... que la verdad es que se emocionaban bastante. Aquí debería ir un vídeo que grabe pero no me deja subirlo... vamos a ver si lo arreglo. 

También debía de ser una fiesta de 'jagermaister', que no sé exactamente qué es pero parecía whisky. Unas amables señoritas se dedicaban a repartir chupitos a diestro y siniestro. Aquí un amable ruso bolingas acompañado de las citadas señoritas.

Eso debe ser que estaba contento el tipo... Y así nos dieron las dos y pico, hora de retirada general aunque el bar seguía abierto. Ya puedo contar que sobreviví a mi primera noche de juerga en la Rusia profunda. Do svidania!