viernes, 11 de enero de 2013

Ulyanovsk, 12 de enero de 2013


Ulyanovsk, 12 de enero de 2013

Como os comenté, el campamento de Dimitrovgrad no había sido el único en el que he estado estos días. El otro fue en Saransk, a 200 y pico kilómetros de Ulyanovsk, y capital de la ya muy mítica Mordovia. Básicamente repetimos lo que hicimos en el anterior campamento. Nos alojaron un edificio, que sorprendentemente, estaba bastante bien y el colegio donde estuvimos trabajando también estaba bien. Según me enteré luego, debe ser un colegio para chavales de familia bien… un poco montados en el dólar, en este caso el rublo. Lo peor, sin duda, la comida. Poca y mala. Y hubo un día que no siquiera mis compañeros supieron identificar lo que estaban comiendo. Era una especie de pasta de carne con trozos de pan tostado pegados… una cosa inenarrable. Lástima que no tuviera el móvil a mano. Pero como había hambre, pues pa’dentro. Lo que hace la necesidad…

Este era mi grupo. De verdad que eran unos geniales, super implicados en todo… una delicia currar con ellos. Mi compañero el americanos les dijo en español ‘Cabrón’ y se pasaron los tres días preguntándome lo que era. Al final se lo traduje. En ruso, cabrón es ‘kasiol’. También nos deleitaron con algún baile típico mordoviano… suena fatal pero es así. Interesante.








Pero hablar de curro es un peñazo, o sea que vamos al lío. Aprovechando que acabábamos de trabajar sobre las ocho, el segundo día decidimos irnos de excursión a ver la ciudad. Y allá que nos fuimos dos rusas, tres negros, un indonesio y el que os escribe a descubrir la noche mordoviana.



La ciudad es bastante diferente a Ulyanovsk. Mucho más bonita y encima todavía estaba iluminada con las luces de Navidad, o sea, que más bonita. Se nota que en esta ciudad hay pasta. Va a ser una de las sedes del mundial de fútbol de 2018 (voy a pedirle curro a Del Bosque para esa fecha) y se nota porque los edificios son nuevos y una cosa rara, son de colores… algunos bastante horteras. Fijaos en el banco… (me salen al revés, sorry)









Y mis compañeros lo flipaban… pero en plan de dar saltos de alegría cuando veían algún sitio iluminado. Estos ven la Fontana de Trevi por la noche y les da un síncope. Voy a presentároslos un poco. Vale, las fotos no son muy allá, es de noche y ellos son negros, pero estar… están en la foto. Vamos con Saviour, que es este de aquí.



Saviour es de Guinea Bissau y estudia en Ulyanovsk, aunque no sé qué exactamente. Era complicadísimo entenderle en inglés porque entre su acento y que le costaba arrancar en las frases… joder, esfuerzos había que hacer para pillarle algo. Era un poco el dj del grupo… aunque a la hora de la verdad repetimos en los dos campamentos las mismas canciones una y otra vez, y venga las mismas… me las sé de memoria. Saviour fue el que empezó a llamarme Mr. Juan y con Mr. Juan me quedé todo el viaje… ¿herencia del colonialismo?


Este otro es Chillo. Es de Zambia… que tiene huevos de venirse desde allí a Rusia. Es un tipo cojonudo. Cuando no estaba el americano, él era un poco el maestro de ceremonias. Se encargaba de motivar al personal.



Este que se está comiendo una ‘hamburguesaca’ es Willy, de Indonesia. Él es el bailarín del grupo (aunque todos se pegaban el día bailando, les encantaba… ¿será por eso de ser africanos?) Willy se encarga de hacer las coreografías y la verdad es que lo hace genial. Viéndole me reafirmo que el noble arte de la danza no está hecho para mí.



A continuación, Abdel. Un grande. Grande porque era largo como un día sin pan y porque a la que podía se escaqueaba de currar. Es del Chad y en el campamento daba clases de francés. No le gusta mucho Rusia, bueno, la verdad es que no le gusta nada de nada y odia el invierno.


Y luego están mis compañeras. Lidia, en la foto con Abdel, que es una máquina y habla ruso, inglés, español, portugués y japonés. Es la que más me está ayudando estos primeros días. Un encanto.


Y también tenemos a Olga, la que cantó en la cena de Navidad. Es un placer trabajar con ella, nunca tiene un mal gesto… una tía cojonuda.

A unos 15 bajo cero, ser turista se puede considerar una profesión de riesgo. Y por cierto, el móvil seguía sacando fotos perfectamente a esas temperaturas, de hecho, fallaron antes mis manos que el móvil. La gente se nos quedaba mirando como diciendo, ‘qué estarán haciendo éstos a estas horas’. Cuando llevábamos como una hora de caminata y fotos, estábamos todos con tanto frío que nos metimos en una cafetería que se llamaba Nueva York. Y ahí sí que vino bien el té. Algunos aprovecharon para hincarle el diente a algo de comer. Chillo y Abdel en pleno proceso carnívoro…






Y aquí estoy yo con nuestro guía Volodia (o Vola) que viene de Vladimir. Estaba en mi grupo. Tiene solo 16 años pero ayuda en la escuela como técnico de todos los aparatos electrónicos. Una máquina. Como podéis comprobar, el tupé de Imanol Arias ha calado en mi… voy a la última.


El americano no nos acompañó pero nos pidió a ver si le podíamos llevar algo para cenar. Pues claro hombre… y pizza que le compramos. Pero es una de las coñas de Rusia. Tu puedes comprar una pizza (fijaos cómo se escribe) que está recién hecha pero la sacas a la calle y a los cinco minutos ya está fría y a los diez ya está muy, muy fría. No tiene ningún sentido comprar una pizza para llevártela a casa. 




Y mientras esperábamos a los taxis… tiempo para más fotos…






Y congelados y con la pizza fría llegamos a nuestro alojamiento pero al americano le supo a gloria, misión cumplida. Y vuelta a Ulyanovsk, vuelta a la normalidad… si es que hay algo normal en este país. Do svidania!

2 comentarios:

  1. Bueno... de El resplandor pasaste a una ciudad resplandeciente, no??? Muy chula parece...

    Se te ve ya de lo más integrado y está bien que haya tanta gente de fuera, así más fácil para poder juntarse y así.

    Una pregunta... con tanta nieve ¿hay repartidores de pizzas? A Telepizza no le saldría rentable montar locales allá, porque con su premisa de que si llega fría te la regalan, tendría que regalar todas...

    Bueno.. disfruta de Rusia y de sus gestos!!!

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  2. ¡Qué grupo tal multicultural!

    Joder... Abdel es mi ídolo! Aguantar en Rusia cuando dice que no le gusta nada de nada... Eso sí, las rusas parece que no le desagradan tanto...

    Me encanta tu tupé, Juanjo...

    ;)

    Más?

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