martes, 1 de enero de 2013

Ulyanovsk, 1 de enero de 2013


01 de enero de 2013

¿Cómo fue esa Nochevieja?, ¿qué tal lo habéis pasado? Venga reconoced que ya no tenéis el cuerpo para estar de marcha hasta las mil… bueno, alguno seguro que está intentando recomponer la noche pasada. Aquí, en Rusia, como no podía ser de otra manera… también la Nochevieja es diferente, ‘russian style’.

Ya os conté que me habían invitado a una casa para celebrar la Nochevieja. Lo que no sabía es que no iba a ser en el propio Ulyanovsk sino que iba a ser en una especie de barrio de la ciudad. O sea, que nada del centro tipo Puerta del Sol y tal… bueno, así veo algo diferente, pensé. Y allá que nos plantamos en casa de la abuela de la que me había invitado. Eran cerca de las nueve. Yo tenía un hambre del carajo porque me habían advertido que iba a haber mucha comida y yo, que soy más listo que un robot, comí una sopita y algo de fruta. Total, que a las nueve de la noche estaba que mataba por cenar.

Además, al llegar ya estaba la mesa puesta y todo tenía una pinta excelente, hay que decirlo. Pero pasaba el tiempo y la comida no se tocaba. Que si una copita de champán, que si algo de vino… y yo pensando: ‘¿cuándo pretenden cenar estos?’. Pues hasta que no dieron las once de la noche no se dio la orden para empezar a cenar. En la mesa solo había ensaladas…




Y esta última que veis aquí es la ensaladilla rusa que en Rusia se llama ensalada Olivier porque la ‘invento’ un cocinero francés llamado Olivier. Y esta ensalada no puede faltar en cualquier fiesta que se precie. Eso sí, ¿por qué nosotros la llamamos ensaladilla rusa y los rusos Olivier? Ni idea. Si alguien sabe por qué la ensaladilla rusa se llama ensaladilla rusa que lo diga. Es un poco diferente. Es más agridulce pero está muy buena. Y además una de remolacha con pescado, otra con unas gambas rojas chiquititas, otra de queso y piña de bote… variedad no les falta en las ensaladas. Lo malo es que son superpesadas porque todas llevan mayonesa, mucha mayonesa. Al final me salía mayonesa por las orejas.

Y yo esperando a que llegara el segundo plato, haciendo un poco de hueco, pero el segundo plato no llegó nunca. Pero el momento culminante de la noche llegó cuando este señor apareció en la pantalla de la tele.


Ahí está, el mismísimo Vladimir Putin en persona ordenando que se acabe el 2012 y empiece el 2013. Acabó con un hurra (dígase urrrrrááááá) Y empiezan a sonar las campanadas del Kremlin. Y ojito con la tradición. Mientras suenan las campanadas hay que escribir en un papelito lo que deseas para el nuevo año, quemarlo y cuando ya te has achicharrado los dedos, tirar lo que queda, ardiendo, al champan y bebértelo. O sea, que te bebes champan con trocitos de papel ‘chamuscao’. Se supone que si se te quedan en la copa no se cumple lo que has pedido. Ya sabéis de uno al que no se le va a cumplir el deseo.

Y acaban las campanadas y suena el himno ruso. ¡Qué  solemnidad, que cosa! Los pelos como escarpias oigan. Y venga a encender bengalas en casa mientras suena el himno. Una humareda… ya veía a los bomberos apareciendo por la puerta. Afortunadamente las bengalitas se acabaron enseguida. (soy torpe no puedo ponerlas bien, girad la cabeza)



Y aparece en mi mano un vaso de chupito con ¡¡¡VODKA!!! Por fin voy a probarlo. ¡Joder, pensé que echaba toda la mayonesa! Puedo vivir en Rusia pero mi estómago todavía no es ruso… tiempo al tiempo. Y con el estómago mirando a Vladivostok, ¡hala, para la calle! Antes de que se me olvide. Aquí no hay Reyes Magos y los regalos se dan en cuanto acaban las campanadas. A mí me regalaron este estupendísimo y utilísimo bote de 3 kilos de miel… ni que tuviera complejo de oso.



En fin, botaco de miel en casa y a la calle a celebrar el Año Nuevo. Habría unos agradables -12 o -13. Y cuando pones los pies fuera del portal descubres, mejor dicho, te reafirmas en tus pensamientos de que los rusos son una raza diferente. Nada de ir a bares o discotecas. La gente se reúne alrededor de los árboles de Navidad a bailar y beber. No se ve muy allá en las fotos pero hay un coche negro que, cuando estábamos viendo cómo la gente bailaba, llegó, abrió el maletero y empezó a poner ‘txunda-txunda’ a toda pastilla. Y daba igual, unos bailaban con canciones rusas, otros dándole al ‘bakalao’ y bebiendo champán. Imaginaos lo que es sostener una botella de champan de cristal durante un rato largo si estás a -13. Pues estos sin guantes y sin nada. Unos machotes.





Y peregrinación a otro árbol. Este era muy cutre y la música la ponían desde este autobús sacado del baúl de los recuerdos. No veo yo a David Guetta pinchando en el bus. Aquí la gente ya iba un poco perjudicada. 




Y yo ya estaba que no sentía las piernas y una retirada a tiempo siempre es una victoria. Eso sí, a tiempo de comerme doce uvas cuando en Ulyanovsk eran las tres de la mañana, las doce de la noche en España. ¡Feliz Año Nuevo! Do svidania.

2 comentarios:

  1. Juanjooooooooooo... Zorionak eta urte berri on!!
    Va a ser un año multicolor, como el país de la abeja maya... de ahí que te regalaran ese pedazo de bote de miel... Seguro que lo que más te gustó fue esas asas tipo tira con margaritas...

    Y que por qué se llama ensaladilla rusa... porque no hay quien le entienda uno a esta ensalada... un poco confusa... que si te encuentras atún, que si aceituna, que si maíz... y todo ello camuflado por la mayonesa.

    Así que son los rusos los pioneros, o mejor dicho, los "PINOneros" en hacer botellones... claro... así al día siguiente no se acuerdan de la resaca, sino de la pulmonía que se han cogido...

    Pues nada.. sólo decirte... URRÁAAAAAAAAAAAAA... y que ayer 1 de enero comenzaba cierta escalera... Urráaaaaaaaaaaaaaaa

    Hala... seguiré con tus andanzas...

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  2. Ais...

    Qué hambre me entra sólo de pensar en la cocina rusa!
    Aunque eso de que no llegara el 2º plato... eso no es muy normal, ¿eh? A mí nunca me ha pasado...
    Aunque comparto el ansia de ver que no empiezas a comer nunca... Y que cuando empiezas no hacen más que interrumpirte con tantos brindis...

    Y sobre la tradición de Nochevieja... y pensábamos que el "Botellón" era algo español, ¿eh? ¡Tururúuuuuu...!

    Sigo leyendoooo...

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