11 de enero de 2013
¡Hola!… priviet
(escríbase privet) como dicen por aquí. Dispuestos a darle a la tecla otra vez
tras unos días fuera de Ulyanovsk currando como un negro (luego captareis la
ironía) en dos campamentos de idiomas con niños y adolescentes. Vamos, que estoy
molido porque trabajar con críos es jodido… es que no paran los muy… éstos sí
que tienen las pilas de Duracell… Bueno, al turrón, que lleváis muchos días sin
saber de mí. Claro, que eso no sé si es bueno o malo… en el contador de visitas
pone más de mil visitas a mi blog… y si eso es verdad, y todos sabemos que
Google lo sabe todo, lo estoy flipando… gracias todos los que me seguís (momento
Almodovar).
Como os decía,
he estado en dos campamentos de idiomas. Uno estaba en Dimitrovgrad, a unos 100
kilómetros de Ulyanovsk y el otro en Saransk, a unos 250 kilómetros. Saransk es
la capital de Mordovia que suena a chiste de Mortadelo y Filemón pero existe…
¡MORDOVIA EXISTE! como Teruel… Pero vamos por partes. Primero Dimitrovgrad y su
sanatorio de ‘El Resplandor’.
Allá que nos
fuimos la mañana del 3 de enero. Madrugón y con un 'fresquete' cojonero monta en
el autobús que, como me temía, no era precisamente un último modelo… de hecho
no sé si pasaría la ITV de autobuses en España pero para Rusia debía ser el no
va más. Y en el viaje comprobé lo adecuado de este título de ‘Crónicas de la
estepa rusa’. Mirad las fotos…
Kilómetros y kilómetros
de llanura cubierta de nieve… y la carretera… ¿qué os voy a decir de la
carretera? Tantos baches como en el Paris Dakar y solo hay una trazada posible,
si no… a la nieve. Y entre bote y bote y niños gritando en el bus llegamos AL
SANATORIO. Cuando me dijeron lo del sanatorio pensé en los manicomios estos de
hace mil años y cuando llegamos pensé que no me había equivocado mucho. Estábamos
a las afueras de Dimitrovgrad, aislados y cono nieve para aburrir. Estoy seguro
de que caen dos nevadas fuertes y nos quedamos atrapados. Eso sí, estaba bien
bonito el sitio. Hasta las canastas de baloncesto con un porrón de nieve en el
aro… ¿unos tiritos?
El sanatorio era un edificio enorme, cinco
plantas y a mí me tocó compartir la habitación con otros cinco profesores más. Realmente
eran dos habitaciones de tres camas pero compartíamos lavabo, baño y ducha. O
sea, seis tíos compartiendo necesidades durante tres días… la cosa prometía. La
cosa pintaba negra… ya me veía levantándome a las cinco de la mañana para
pillar el wáter solo. Esta primera era mi habitación.
La compartía
con un brasileño que estaba de paso, un tío genial. Simao estaba de viaje por
Rusia porque es un fanático de Lenin y acabó en Ulyanovsk donde, no me digáis cómo,
acabó siendo profesor de portugués. El otro con el que compartía era Abdel…
luego lo conoceréis.
Y esta era la habitación
de los otros tres profesores: Chilo, Willy y Saviour. Estos tenían tele, micro
y el inevitable calientaagua o como se
llame la cosa esa. Y ahora viene la parte escatológica (los sensibles que se la
salten)
Este es el
pedazo de lavabo que compartimos. El último grito en tecnología sanitaria con
todos los adelantos imaginables para que la estancia en tan sacrosanto lugar
sea una experiencia religiosa como diría el otro. No os podéis
perder el papel higiénico tipo lija y una espectacular tela de araña (con bicho
incluido) que decoraba el lavabo… y qué decir de la ducha.
Modelo
soviético cien por cien garantizado. Nada de regulación, chorraco de agua como
dios manda y a una temperatura que despejaba al más pintado… tanto por arriba
(a veces te abrasabas) como por abajo (a punto de la congelación). Y qué decir de
la decoración. Impactante la forma de expresión cultural que encontré en el
colchón, ¡ni en las Cuevas de Altamira oigan!
Y tras la
primera impresión, al tajo. Que si niños pa’rriba, niños pa’bajo. Y por la
noche un show. Hasta tuve que cantar un villancico… pobres críos, que mal lo
pasaron. Otros están más acostumbrados. Si ya es raro encontrar extranjeros
aquí… es la leche ver a cuatro negros juntos. Todo un espectáculo. Son un poco
los animadores del cotarro.
Son Chillo, Wylly, Saviour y Abdel. Estudian en Ulyanovsk y para
sacarse unos rublillos colaboran en estos campamentos. Oír a un negro hablando
ruso es lo más inimaginable del mundo. Pero la verdad es que son unos tipos
geniales. Y por aquí la
cocina. Aproveché que no estaba la cocinera (era de dos por dos) para tirar una
foto de las cocinas… la mili debía ser parecido a esto aunque la comida no
estaba mala.
Esto es el plato más famoso de Rusia, el borsh, una sopa de
remolacha. Eso sí, no les saques del arroz, la pasta y unas pelotas de carne
picada que pueden adoptar todo tipo de formas imaginables. ¡Ah! Y que no falte
el té.
El agua como
que no. Es más. En este campamento tenían una máquina de esas que da agua, un
botellón de nosecuantos litros y yo pensé que cuando se acababa pues lo
cambiaban hasta que un día pillo un vaso, lo lleno y me sale agua caliente… y
yo pensando ‘qué raro’ hasta que descubrí la cosa. No eran botellones de
recambio. Hervían el agua y después rellenaban el botellón. O sea, que si tenías
mala suerte, te tocaba agua a una agradable temperatura. Muy ruso todo. Aquí lo
aprovechan todo, absolutamente todo y hasta que no le pueden sacar más partido.
Es impresionante.
La verdad es
que el día a día parecía la mili. Te levantabas y había ejercicios matinales.
En pleno pasillo haciendo gimnasia. Muy ruso. Y luego clases y clases, no os
voy a dar el coñazo con eso, y alguna actividad. Este es mi grupo. Unos
chavales geniales.
Aquí teníamos que
hacer muñecos de nieve pero como la nieve estaba recién caída era imposible
construir nada y se liaron a bolazos. Y un día nos fuimos a una pista de
patinaje. Eso era como ‘El Corte Ingles’ la víspera de Reyes. Había hostias por
entrar y por salir. La pista era enorme. Nunca había visto algo así.
Estas son Kate y Yulia, de mi grupo. Patinaban genial. Yo no me atreví. No es cuestión de
partirse la pierna nada más llegar. No me apetece probar la sanidad rusa. Creo
que ir a la pista de patinaje es el mejor plan que pueden ofrecer las ciudades
rusas pequeñas. O patinas o te mueres del asco. Eso sí, hay una cosa que
deberíamos aprender. Son super respetuosos con las cosas ajenas. En la pista había
dos vestuarios y la gente deja ahí sus botas, sin taquilla y sin nada. Y no
parece que haya robos. Eso lo ponen en España y al día siguiente alguien ha
abierto una zapatería. En ese sentido, todo parece super seguro.
Y vuelta al
sanatorio por la noche entre el bosque. Muy bonito pero como para perderse. Ahí
tenía que haber hasta osos… Y tanto hablar del sanatorio, el brasileño y yo ya
nos habíamos hecho a la idea de que era un hospital psiquiátrico o casi.
Además, había algo que hacía mucho ruido y que nunca supimos identificar. Por
la noche daba un poco de canguelo porque apagaban las luces y los pasillos eran
enormes. Que te podían salir las niñas de ‘el resplandor’ a la mínima. Edificio
enorme, todo del año de la polka, en medio de la nada, medio incomunicados, con
nieve hasta las rodillas, por aquí paso Stephen King… ¡¡¡Jack Nicholson… he
encontrado tu casa!!!
¡Ah! Sanatorio
viene de sanatori… que quiere decir balneario. El edificio era una especie de
centro donde te trataban sobre todo de problemas de espalda, articulaciones… o
sea, que nada de manicomios ni cosas parecidas. Qué pena que me entere de esto el
último día. Habría dormido más a gusto. ¡Próxima estación Saransk!... pero eso será
mañana. Do svidania!
Qué bien volver a tener noticias tuyas... No sabía si iba a poder seguir leyéndote o te tendría que seguir por ser portada de algún diaro ruso... Me imaginaba el siguiente titular..."Extraña desaparición de un joven extranjero en un antiguo sanatori"... todo apunta a que sus alumnos son los responsables de su desaparición...
ResponderEliminarMe alegro que hayas vuelto con vida...
Tengo varias preguntas. Aquí cantamos Carrascal, Carrascal, qué bonita serenata... allá, cuáles son las canciones populares de autobús????
Dices que crees que ese autobús no habría pasado la ITV, pero dudo más que esos colchones la pasaran, si hubiera una inspección de colchones. Pinta a que esos colchones fueron utilizados por teenagers pajilleros.
Uhmmm...qué rica el agua caliente para beber... Te depurará de lo lindo. Aunque no sé si es peor el agua caliente o tomarla a temperatura ambiente... a la temperatura de esas tierras claro.
Y joooo... qué guay el patinaje sobre hielo. Eso sí que es una fiesta y no la que colocan en Callado en Navidad... que acabas rayándote más tú que el suelo de hielo de tanto cuchilla pasar.
Pues nada Juanjito... ánimo... yo creo que estás en un programa de televisión ruso, tipo Humor Amarillo, y de momento ya has pasado la primera prueba... a ver cuál es la siguiente. GAME OVER!!!!...
Hala pues... abrígate y a seguir escribiendo...
Ya que hablas del tema de la gente de color en Rusia, ¿Percibes que es una sociedad racista o sólo que les llama la atención porque allí hay muy poca gente de color?
ResponderEliminarCreo que deberías explicar cómo se dormía en esos colchones... y ¿qué ponía?
Estamos impacientes por leer tus nuevas experiencias en esos campamentos... Y que no te vuelvan a secuestrar los de un comando de guerrilla checheno.
La verdad es que son bastante racistas... no solo con la gente de color, para muchos todo lo que no sea ruso de pura cepa (ahi se incluyen kazajos, uzbekos, kirguies... todo lo del sur) son los que se llevan los peores trabajos. Y por lo que me comentaron Abdel, Chilo... en la universidad hay profesores que no les quieren como alumnos pero eso no puedo comprobarlo... es su palabra. Pero sí tengo la sensacion de que se nota mucho cuando una persona no es rusa... aunque seas blanco como yo. Y sobre lo de los colchones, uno es una serie de nombres, Kolia, Serguei.... y el otro no me he fijado la verdad, me quede absorto con los dibujos de las chatis :) Intentare responder a tu pregunta... ah, y se dormia mal... muy mal!
ResponderEliminarLo mejor de Rusia... yo diría que son esos paisajes que dices tú Juanjo, que se ven desde el bus.
ResponderEliminarYo me podía tirar horas y horas en bus y me encantaba mirar por la ventana, aquí para ir de Guada al pueblo (15-20´), ¡hasta me mareo del aburrimiento!
Los baños... ¡Rusia no está hecha para gente exquisita!
¿4 negros en el mismo edificio? ¡Yo vi 4 en 2 años en Rusia! Record concedido, Juanjo.
Agua hervida para el té. Ni Perry bebe agua allí porque... dicen que no sabe a nada... Y además, ¡es más cara!
Caerás en el patinaje, Juanjo, tiempo al tiempo...
¿Nadie te dijo lo que era un sanatorio antes? ¡Me partooooo! XD
Continúuuuuuuuuuuoooooooooooo...